Los objetos más poderosos de la naturaleza descubiertos hasta el momento son los agujeros negros supermasivos ‘bien alimentados‘, que habitan en los centros de las galaxias. Dos de estos, que están en proceso de choque, son los protagonistas de la historia que acaban de relatar en una publicación de Nature.
En el trabajo, donde participó el astrónomo de la Pontificia Universidad Católica e investigador del Centro de Astrofísica CATA, Ezequiel Treister, se evidencia una interesante condición. Según un informe de CATA, Observaciones combinadas hechas por los telescopios espaciales Chandra, Hubble y los terrestres VLT (en Chile) y Apache Point Observatory (en Estados Unidos) mostraron algo muy particular en la galaxia NGC 6240 también conocida como galaxia de la mariposa, ubicada a unos 350 millones de años luz de distancia, en la constelación de Ofiuco.
En ella, el equipo internacional liderado por el investigador Francisco Müller-Sánchez de la Universidad de Colorado en Boulder, descubrió que simultáneamente ocurrían dos grandes emisiones de diferentes tipos de gas: una de gas altamente ionizado hacia el noreste generado por los AGN presentes en esta galaxia y otro en dirección opuesta pero alimentado por la energía liberada en la formación de nuevas estrellas. Así lo comentó el Dr. Müller-Sánchez en un comunicado de CATA:
Esta es la primera galaxia en la que vemos dos vientos ionizados provenientes del núcleo galáctico y de la formación estelar al mismo tiempo. Esta es la primera vez que estos fenómenos espectaculares son observados simultáneamente en una galaxia.
El gas ionizado en esta galaxia muestra una forma peculiar, muy distorsionada, que parece una mariposa. Esta forma es el resultado del choque entre dos galaxias masivas. Cuando estas estén lo suficientemente cerca, los agujeros negros supermasivos presentes en sus núcleos, que ahora están a unos tres mil años luz de distancia, eventualmente se fusionarán.
Esto aumentará la formación de nuevas estrellas en la región central. Ezequiel Treister, comentó que la energía emitida por los núcleos es cuatro veces más poderosa que la liberada por los procesos de formación estelar:
Sabemos que los choques de galaxias son eventos críticos en la evolución de estas. Ahora hemos podido ver directamente cómo el crecimiento de los agujeros negros supermasivos se combina con la radiación producto de la rápida formación de nuevas estrellas para cambiar para siempre la forma que tiene una galaxia.
Estas observaciones nos muestran cuáles son los procesos que explican la evolución conjunta de las galaxias y los agujeros negros supermasivos que habitan en sus centros. “Hemos diseccionado la mariposa”, concluyó el Dr. Müller-Sánchez. Puedes revisar la publicación original aquí.
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