El observatorio ALMA (Atacama Large Milimeter / Submillimeter Array) hizo un descubrimiento impresionante que fue revelado en su sitio web hace algunos días atrás. Se trata del hallazgo de chorros de vapor de agua caliente saliendo de una estrella recién formada, con toda precisión y detalles.
Según comenta la publicación, “Bajo condiciones atmosféricas ideales, que ocurrieron en la noche del 5 de abril de 2018, los astrónomos entrenaron la visión submilimétrica de ALMA de mayor frecuencia en una región curiosa de la Nebulosa Pata de Gato (también conocida como NGC 6334I), un complejo formador de estrellas ubicado cerca de 4,300 luz -años de la Tierra en dirección a la constelación del sur Scorpius”.
Para eso debieron extremar el telescopio en las frecuencias de radio más altas.
Como ellos mismos explican acá, así se aprovecha la onda máxima de visibilidad:
Para observar a frecuencias más altas, las antenas están diseñadas para acomodar una serie de “bandas” (numeradas del 1 al 10) que cada una estudia una franja particular del espectro. Los receptores de Band 10 observan a la frecuencia más alta (longitudes de onda más cortas) de cualquiera de los instrumentos de ALMA, cubriendo longitudes de onda de 0.3 a 0.4 milímetros (787 a 950 gigahertz), que también se considera luz infrarroja de longitud de onda larga.
Crystal Brogan, astrónomo del Observatorio Nacional de Radioastronomía en Charlottesville, Virginia, y uno de los autores de un artículo que aparece en Astrophysical Journal Letters comentó lo siguiente
“La atmósfera de la Tierra, incluso en lugares notablemente áridos, todavía contiene suficiente vapor de agua para abrumar completamente esta señal de cualquier fuente cósmica. Sin embargo, durante condiciones excepcionalmente prístinas en el alto desierto de Atacama, ALMA puede detectar esa señal. Esto es algo que ningún otro telescopio en la Tierra puede lograr “.
La explicación para este fenómeno es que “A medida que las estrellas comienzan a formarse a partir de nubes masivas de polvo y gas, el material que rodea a la estrella cae sobre la masa en el centro. Una parte de este material, sin embargo, es impulsada lejos de la protoestrella (periodo de evolución de una estrella desde que es una nube molecular formada de hidrógeno, helio y partículas de polvo que empiezan a contraerse, hasta que la estrella alcanza su secuencia principal) en crecimiento como un par de chorros, que se llevan el gas y las moléculas, incluido el agua”.
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