Cuando el cuerpo humano está constantemente sometido a temperaturas ambientales frías, aumentan los niveles de vitamina A. Entonces esto genera calor corporal. Asimismo se estimula la quema de grasa, como una función natural y automática de nuestro metabolismo. Dicha situación fue verificada en un estudio que firmaron científicos de la División de Endocrinología y Metabolismo de la Universidad de Vienna.
Según explican, en una publicación realizada por la revista Science Daily, el punto de foco está en los tejidos. La acción que aumenta los niveles de vitamina A y la quema de grasa genera modificación en los mismos. Es decir, que el calor el tejido adiposo blanco, considerado malo, se convierte en tejido adiposo marrón, considerado bueno. Entonces aumenta el consumo de energías.
El hallazgo primero fue encontrado gracias a estudios en ratones y con los resultados positivos mudaron la investigación a los humanos. Dicho enfoque se considera prometedor para el desarrollo de nuevos tratamientos contra la obesidad.
El consumo de la Vitamina A debe ser recomendación de un médico
Bajo esta premisa que encontraron los científicos existen quienes pensarán que aumentar el consumo de vitamina A los hará perder peso. Pues no es así. Aunque si es importante, como en toda dieta, debe existir el balance del consumo de diferentes sustancias.
“Nuestros resultados muestran que la vitamina A juega un papel importante en la función del tejido adiposo. Mismo que afecta el metabolismo energético global. Sin embargo, este no es un argumento para consumir grandes cantidades de suplementos de vitamina A. Y es que es fundamental que la vitamina A sea transportada a las células correctas. Además de hacerlo en el momento adecuado”, dijo Florian Kiefer, parte el equipo de la Universidad de Viena.
Tras este hallazgo, el trabajo de los investigadores, es encontrar la forma de estimular el proceso que anteriormente detallaron. De esto depende que se encuentre un tratamiento que ataque de forma más efectiva la obesidad.
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