Decir groserías, palabrotas o malas palabras, por lo general, se relaciona con un bajo nivel de educación. Sin embargo, los científicos, que normalmente tienen la conclusión de las cosas, tienen otra cosa qué decir. En un reciente estudio, revelaron que este tipo de lenguaje está relacionado a la inteligencia y creatividad. Además, también se relaciona con la honestidad y es una forma de soportar el dolor, reseña Daily Mail.
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Además de generar una dependencia innecesaria, afecta su nivel de atención y distracción.
Aunque decir malas palabras, también esté relacionado con el nivel adquisitivo de las personas, los que tienen una mejor posición económica, cuentan con un léxico más amplio. Entonces, tiene acceso a más palabras tabú y tiene mejor pronunciación en este tipo de expresiones.
El estudio fue realizado por el Massachusetts College of Liberal Arts. Después de realizar estudios específicamente neurológicos, se encontraron resultados fascinantes en el comportamiento del cerebro.
Así actúa el cerebro con las malas palabras
Expresaron los autores del estudio que con la expresión de las malas palabras, en los momentos que es necesario decirlas, se activa la región derecha del órgano pensante llamada cerebro creativo.
“Los beneficios de las palabrotas acaban de surgir en las últimas dos décadas. Fueron el resultado de una gran cantidad de investigaciones sobre el cerebro y las emociones, junto con una tecnología mucho mejor para estudiar la anatomía del cerebro”, sostuvo Timothy Jay, profesor del instituto mencionado.
Así que si acostumbras a maldecir en momentos de calentura, ya sabes que no se trata de algo negativo.
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