Este 2021 fue declarado por la Asamblea General de la ONU como Año Internacional de las Frutas y Verduras, buscando que reflexionemos sobre la importancia de incluirlas en nuestra alimentación diaria.
Aunque sí asociamos comer frutas y verduras a una dieta saludable, es posible que la mayoría de nosotros no estamos comiendo la cantidad mínima de 400 gramos, recomendada por la Organización Mundial de la Salud. ¿Qué pasa si no tomamos en cuenta esa recomendación?
Te quedas sin micronutrientes
Los micronutrientes son sustancias muy importantes para el funcionamiento de nuestro cuerpo: las necesitamos en pequeñas cantidades diarias, de 100 miligramos o menos; a diferencia de los nutrientes como las proteínas o carbohidratos, de los que debemos consumir decenas de gramos.
Las vitaminas y minerales presentes en las frutas, son micronutrientes. Aunque los requerimos en cantidades muy pequeñas, si hay una deficiencia de alguno de ellos, el organismo no funciona bien.
El escorbuto es una enfermedad que se produce por falta de vitamina C, presente en los cítricos: causa debilidad y hemorragias que a la larga llevan a la muerte. ¿Se te acaba de antojar una naranja?
No consumes fibra
Si te tomas un vaso de jugo de naranja es como si te comieras la fruta, ¿no? Tendrás una buena dosis de vitamina C y otros micronutrientes, pero si solo tomas el jugo, te estarás perdiendo de otra parte importante: la fibra.
La fibra alimentaria es una mezcla de diferentes carbohidratos y otros compuestos que no podemos digerir, así que no se le considera un nutriente.
Pero es muy importante para que el sistema digestivo funcione correctamente y aproveche los nutrientes y micronutrientes que sí puede digerir. Así que, vamos, ve a comer una manzana.
Tienes más hambre
La fibra de las frutas, verduras y otros vegetales, también contribuye a nuestra sensación de saciedad: si comes menos frutas o solo tomas jugos, no solo pasa que tu sistema digestivo funciona más lento, sino que tienes más hambre.
En el proceso en que la fibra avanza por tu tracto digestivo, tu intestino le dice al cerebro que ya no es necesario comer más: ya estás satisfecho. Sin esas señales tu cerebro seguirá pensando que debes comer más.
Comes más azúcares y grasas
¿Tienes hambre? ¿Quieres ir a la tienda por una bolsa de papas y un refresco? Eso pasa porque las comidas con muchos azúcares nos proporcionan sensaciones agradables, pues activan los sistemas de recompensa del cerebro, que nos hacen sentir felices, al menos momentáneamente.
Y las dietas con muchas grasas también contribuyen a una mayor saciedad, pero sin proporcionar otros nutrientes y sí muchas otras calorías. Mi abuela decía que cuando tenías hambre te comías lo que había, así que, ¿por qué no cambias esas papas, por las uvas que tienes desde hace dos días en la mesa?
Te vas a enfermar
Esto no es un deseo perverso, es algo que te va a pasar: comer menos frutas y verduras se asocia a enfermedades del corazón, diabetes, gota, hipertensión.
No es que una fruta u otra tenga un efecto curativo o preventivo: es que cuando alguien deja de comer frutas y verduras quiere decir que se está alimentando mal y eso a la larga le ocasionará muchos problemas de salud, casi todos relacionados con la obesidad.
Se sabe que al año, en el mundo, la obesidad causa más muertes que las originadas, de manera combinada, por el abuso de drogas ilegales y legales.
Entonces, ¿ya te vas a comer esa rebanada de sandía que dejaste en el refrigerador?
Comentarios recientes