ALERTA SPOILER: El presente texto sobre Doctor Strange se encuentra libre de detalles críticos y reveladores acerca de su trama, nada que no se haya visto en el último tráiler oficial. Sin embargo, cuando se aborde algo delicado se advertirá con antelación, para no arruinar las pocas sorpresas.
Pareciera inconcebible (como todo con esta película), pero ha llegado el momento del estreno de Doctor Strange y con ello Marvel nos entrega la película número 14 de su Universo Cinematográfico, también conocido como MCU.
Pero con ello viene la inevitable duda: ¿cómo harían estos campeones para no comenzar a repetirse? la buena noticia, contra todo pronóstico, es que no lo lograron, al contrario, emularon la fórmula de una de sus mejores películas, y el resultado a pesar de no ser innovador y original a nivel básico es bastante bueno e impresionante visualmente.
Desde el momento mismo del lanzamiento de su primer avance Doctor Strange se mostró como una apuesta diferente. Una historia que introduciría el concepto de la magia y los multiversos al campo de batalla de nuestros héroes, con una propuesta visual como un caleidoscopio viviente, que haría ver a Inception como una mera demo técnica, y lo consiguieron.
Doctor Strange es un imperdible MindTrip psicodélico
Para ser honestos, Doctor Strange tiene algunos puntos tan admirables como alegablemente intrascendentes en términos de innovación narrativa, pero todo eso queda relevado a un segundo plano ante el imponente espectáculo visual (e histriónico) que representa la experiencia en pantalla.
Esta vez Marvel nos vuelve a contar otra historia de origen. Pero ahora no recurre a tomar la base de un género como referencia y se dedica únicamente a adaptar la mística y ambiente del cómic original, pero con gráficos CGI del siglo XXI, y el resultado es espectacular.
Lo compartimos en su momento: Captain America: The Winter Soldier es una cinta de espías, Ant Man es una Heist Movie, Thor una adaptación de Shakespeare, y Luke Cage un revival del Blaxploitation, pero Doctor Strange es en realidad una adaptación directa del cómic, que se apoya en la recreación de viñetas antes que en buscar tomar algún género narrativo como base.
El resultado es psicodélico, caleidoscópico y con secuencias que pueden mandar la quijada del espectador hasta el suelo, particularmente si se observa en una pantalla IMAX. Y es así como debería ser abordada.
Doctor Strange es una película más para apreciarse que para ser analizarla como si fuera algo escrito por David Mamet, igual que sucede con los números originales de la historieta dibujados Steve Ditko, y la era dorada del héroe a finales de los 60 y principios de los 70.
Y esa es una gran virtud.
El casting perfecto, como con Iron Man
Si hubiera algo que “reprocharle” a Doctor Strange tal vez sería que retoma muchos aspectos de la trama, orden y feeling de la primera cinta de Iron Man, esa película que salvó a la casa de cómics y dio origen al extenso MCU.
Partiendo por Benedict Cumberbatch, que se siente tan acertado e irremplazable interpretando a Stephen Strange como Robert Downey Jr. lo ha sido con Tony Stark. La interpretación de este protagonista es impecable e igual que con Hugh Jackman y su Wolverines, resultará casi imposible pensar en alguien que pueda relevarlo en el futuro.
ALERTA SPOILER: Leer los siguientes tres párrafos con precaución.
Pero igual que con Iron Man, se repiten algunos pecados que lastran un poco la película. La primera mitad de la trama es impecable pero el tercer acto es un tanto atolondrado en su ritmo y resolución, salvado únicamente por un recurso cómico (y muy aventurado), sacado directamente de una comedia de culto protagonizada por Bill Murray.
El movimiento resulta tan atrevido como poco convencional, sobre todo para un filme de superhéroes o cualquier otro género, que francamente resulta imposible no reconocerles el esfuerzo, por evitar una última pelea donde los héroes destruyen el gran rayo que cae sobre la indefensa ciudad. Un cliché que igual vimos en Suicide Squad y que cada vez es más recurrente y cansado.
Pero de nuevo, el villano es de juguete y desechable, a pesar de tener a un gran actor como Mads Mikkelsen en ese papel. Sucede igual con Rachel McAdams y Chiwetel Ejiofor, cuyos personajes se alejan bastante de su contraparte del cómic y que aquí en la película funcionan como meros medios para lucir al Doctor.
FIN DE LOS SPOILERS.
Tilda Swinton está impresionante, y casi se roba la película, pero Benedict Cumberbatch es tan imponente en su ejecución que bien podría leer la lista de ofertas en el supermercado y mantener a todos en vilo gracias a su histrionismo.
Marvel sube la apuesta con Doctor Strange
Hay dos escenas post-créditos en Doctor Strange, la primera de ellas totalmente inesperada y la segunda no tanto. Pero ambas plantean las bases firmes para involucrar este mundo de magia y misticismo dentro del MCU, donde en algún momento inevitable Stephen Strange deberá unirse con los Avengers y otros personajes de Marvel.
Insistimos: Doctor Strange hay que verla en sala IMAX, y de preferencia sin algo en el estómago. El vértigo visual es serio pero grato.
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