El dolor de una familia gala en la época romana por la pérdida de un hijo que tenía solo un año de edad. El entierro con sus pertenencias, incluyendo un perrito. Todo esto fue descubierto en pleno siglo XXI.
Ocurrió en los terrenos del aeropuerto de Clermont-Ferrand, en el centro de Francia. Un grupo de arqueólogos halló la tumba del niño y su perrito.
Los expertos denominan como “excepcional” este descubrimiento. Todo es por los detalles, más allá de los restos del niño -enterrado en un ataúd de 80 centímetros- y su cachorro.
- El perrito tiene un collar adornado con bronce y una campana.
- Hay un diente de leche de un niño mayor, que se presume sea del hermano del pequeño fallecido.
- Un alfiler ornamental de cobre utilizado para sujetar una mortaja.
- Varias vasijas y ofrendas funerarias.
- Y un pequeño aro de hierro junto con una varilla de metal.
Esto dice la arqueóloga acerca del hallazgo de los restos del niño y su perrito
La AFP habló con Laurence Lautier, que se encuentra al frente de las excavaciones en los terrenos del aeropuerto.
“Esta tumba es atípica en lo que respecta a la profusión de vasijas y ofrendas funerarias”, apunta Lautier. “En este tipo de entierros solemos encontrar una o dos vasijas colocadas a los pies. Aquí hay una veintena, además de abundantes depósitos de alimentos”.
“Tanta profusión de vasijas y objetos sacrificados, así como los efectos personales que acompañaron al niño en la tumban, subrayan el rango privilegiado al que pertenecía su familia”.
“La asociación de un perro con un niño pequeño está bien documentada”, recalca Lautier. “Lo inédito es que lleve el collar y la campana”.
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