El uso de dispositivos inteligentes y herramientas tecnológicas conectadas a la red han ayudado a generar una sociedad tan potencialmente eficiente como ociosa, pero también ha generado cambios importantes en la forma de procesar información y ejecutar actividades, lo que produciría eventualmente una alteración en nuestra percepción del tiempo, así lo sugiere una investigación actual desarrollada por la James Cook University.
A través de un comunicado en su sitio web, la universidad, ubicada en Singapur, ha difundido los últimos avances de este proyecto en curso liderado por la Doctora Aoife McLoughlin, afirma que el uso constante de smartphones o computadores produce una sensación de que el tiempo pasa a un ritmo distinto del real, y ahora están trabajando en los elementos para cuantificar el desfase:
He encontrado algunos indicios de que la interacción en sociedades tecnológicas y tecnocéntricas ha aumentado este tipo de “marcapasos” en nosotros. La tecnología puede ayudar a que trabajemos más rápido, pero también nos hace sentir más presionados por el tiempo.
Como la velocidad del ritmo de vida aumenta, la sensación subjetiva del tiempo disponible disminuye a la par, causando una sensación de estrés por el tiempo dentro del individuo.
El tiempo que pasamos expuestos a estímulos directos en nuestra vida cotidiana no tendría punto de comparación con los ritmos de generaciones pasadas, así lo sugieren otras investigaciones, que evalúan nuestras nuevas capacidades para procesar información, pero esto detona también una modificación en nuestra conducta y percepción.
Será interesante ver si McLoughlin puede aterrizar sus observaciones en un marco teórico más consistente.
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