Desde que nuestros celulares usan datos biométricos, como nuestras huellas dactilares, rostros e incluso el iris del ojo para reconocernos, todo ha sido más seguro.
El problema es que damos “otra posibilidad” de entrar en nuestra privacidad a quien no queramos, además del password, contraseña o sea cual sea tu sistema favorito.
Esto se convirtió en un problema en Estados Unidos, ya que al ser nuevas tecnologías, no estaban reguladas y la única obligación que tenían las policías era la de no poder exigirte tu password o similar para entrar a tu teléfono, pero los datos biométricos no entraban en ese espectro… hasta ahora.
Forbes reporta el caso de una persona que fue intimidada a través de Facebook con que algo muy malo le iba a pasar si no hacía una determinada acción, pero la policía dio con el paradero de probables sospechosos.
Al pedirle al juez la autorización para usar datos biométricos, este se los negó, marcando un precedente en California que podía extenderse por todo el país del norte.
Ahora el tema está en la palestra y es una de las discusiones y debates más encendidos en la industria en dicho país ¿Qué opinan ustedes?
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