Como es de esperarse, cada vez dependemos más de la tecnología biométrica para que esta se ocupe de la seguridad de nuestros dispositivos. Nos sentimos muy seguros porque creemos que nuestras huellas dactilares son únicas e irrepetibles. En teoría no habría que temer de que alguien pudiera suplantar nuestra identidad así.
No obstante, investigadores de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Nueva York acaban de derrumbar esta idea. Durante una conferencia de seguridad en Los Ángeles demostraron que sí es posible suplantar las huellas.
Lo que hicieron fue desarrollar una inteligencia artificial llamada “DeepMasterPrints”. Increíblemente esta fue capaz de imitar una entre cinco huellas de un sistema biométrico de alta seguridad. En teoría, este sistema solo debería tener un margen de error de solo uno entre mil.
¿Cómo funciona?
Los ingenieros se basaron en dos pilares fundamentales de los sistemas de reconocimiento de huellas. El primero es que por razones ergonómicas, los escáneres no analizan el dedo en su totalidad al instante. En vez de eso, solo detecta la parte del dedo que está tocando el sensor.
Esto quiere decir que los escáneres casi nunca tienen registro de la totalidad del dedo. Lo que hacen es hacer un análisis parcial y lo comparan con el registro parcial que ya se poseía. Siendo así, se reducen las posibilidades y un atacante solo tendría que hacer coincidir menos registros parciales para obtener acceso.
El segundo principio es que hay ciertas características de las huellas más comunes que otras. De esta manera se puede simular una huella con estas características comunes y por mera cuestión de azar podría coincidir con la real.
A partir de ahí hicieron que la IA aprendiera por sí misma a reconocer estos patrones. Además, con capacidad de crear una buena cantidad de huellas y probarlas con el sistema.
Puede que esto no sirva precisamente para acceder a nuestros celulares (por ahora), pero sí representaría una amenaza ante sistemas biométricos de acceso más público.
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