Buena parte de los éxitos alemanes en la Segunda Guerra Mundial tuvieron en Enigma a su mejor arma. Era una máquina para el envío de información encriptada, que rompió la cabeza de más de un científico que buscó descifrarla.
Hasta que el inglés Alan Turing y su equipo en Bletchley Park pudieron develar el código, interceptando varios mensajes. Resultó determinante para ayudar a la victoria aliada.
Esta semana, un grupo de buzos descubrió una de las máquinas Enigma en el fondo del mar. Ocurrió en el mar Báltico, al norte de Alemania.
¿Cómo descubrieron la máquina en el fondo del mar?
Los buzos pertenecen al Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). Este es un grupo conservacionista que trabaja para eliminar redes de pesca abandonada.
De pronto, uno de ellos consiguió una especie de máquina de escribir, oxidada, pero con algunas teclas en buen estado.
“Encontramos regularmente objetos más grandes, en los que las redes se enredan bajo el agua”, apuntó Gabriele Dederer, de la WWF. “Estos ‘ganchos’ son, a menudo, troncos o piedras. El Enigma es, de lejos, el hallazgo histórico más emocionante”.
El submarinista Florian Huber, otro miembro del equipo, indicó que la máquina probablemente terminó en el fondo del mar durante el final de la Guerra, en 1945.
La máquina debió pertenecer a uno de los 47 submarinos alemanes hundidos en la zona por sus tripulaciones. Estaban decididos a evitar que cayeran en manos de los aliados.
Esta máquina fue enviada al Museo de Arqueología de Schleswig, donde se estudiará, de acuerdo con el Daily Mail.
La historia de la máquina Enigma
La máquina Enigma fue patentada en 1918 por la empresa alemana Scherbius & Ritter, al final de la Primera Guerra Mundial. Aunque inicialmente su uso era comercial, para 1926 la adoptó la armada alemana.
Durante la Segunda Guerra Mundial resultó clave para las comunicaciones entre las potencias del Eje, sobre todo al momento de determinar los ataques. Funcionaba como un dispositivo electromecánico, que servía para mezclar códigos de forma constante.
Solo hasta que el equipo liderado por el inglés Alan Turing descifrara su uso, en 1941, resultó letal para los aliados.
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